Après un long processus de négociation, les Parties contractantes, lors de la Conférence sur la Charte de l’énergie du 24 juin, sont parvenues à un accord de principe pour moderniser le Energy Charter Treaty (TCE) – un traité d’investissement obsolète qui protège les investisseurs des combustibles fossiles au détriment de l’importante action pour le climat.
Este artículo alega que el éxito de los esfuerzos para modernizar el TCE y evitar que el tratado obstaculice los esfuerzos para una transición energética limpia fracasarán a menos que los Estados que participan en el proceso amplíen su enfoque a otros AII de los cuales son parte.
Del 1 al 4 de marzo de 2022, las partes contratantes del TCE se reunieron para su 11ª ronda de negociación sobre la posible reforma del tratado. La reunión se vio eclipsada por el aumento de los precios de la energía y la invasión de Rusia a Ucrania, que probablemente tendrá consecuencias significativas para el mercado energético europeo.
Este artículo ofrece una evaluación inicial sobre el riesgo de arbitrajes basados en el TCE que se desprende de los compromisos de la COP 26 debido a su impacto en las inversiones relativas a los combustibles fósiles en las partes contratantes del TCE. También analiza cómo estos impactos se traducirían en demandas de arbitraje entre inversionistas y Estados, tomando en cuenta los casos de ISDS iniciados en el pasado y en el presente que involucran al sector energético.
Desde nuestro último informe, se han realizado dos nuevas rondas de negociación sobre la modernización del TCE. La séptima tuvo lugar desde el 28 de octubre al 1 de noviembre de 2021, mientras que la octava fue celebrada del 9 al 11 de noviembre de 2021.
De todos los combustibles de este tipo, el carbón tiene el mayor impacto climático. Sin embargo, las decisiones soberanas para eliminar el carbón inevitablemente afectan la inversión de los operadores de las centrales eléctricas de carbón, lo cual con frecuencia genera controversias que involucran una compensación por la pérdida de ganancias.
Este artículo examina el grado en el cual el Tratado sobre la Carta de la Energía puede ser considerado una herramienta para proteger las energías renovables, y de esta manera ayudar a la transición energética. Analiza datos sobre los casos de ISDS en el marco del TCE relacionados con inversiones en energías renovables. Este artículo concluye que los defensores del TCE sobrevaloran el potencial de su papel positivo en la transición hacia las energías renovables.
Desde nuestro último reporte sobre este proceso, se han llevado a cabo dos rondas de negociaciones de forma virtual sobre la modernización del TCE, en medio de una creciente oposición de la sociedad civil al acuerdo, especialmente dentro de la UE.
El Tratado sobre la Carta de la Energía (TCE) enfrenta grandes críticas por sus disposiciones desactualizadas de inversión y las amenazas que plantea para la transición energética. Este artículo examina una opción para que los Estados resuelvan este problema —el retiro del tratado— y analiza lo que esto podría implicar para la UE y sus Estados miembros, junto con su impacto en la transición energética en general.
Tal como informamos, la empresa de energía estatal de Alemania, Uniper, notificó a los Países Bajos sobre una controversia de inversión el año pasado, luego del anuncio de los planes de este último para eliminar las centrales eléctricas operadas a carbón para el 2030. Junto con RWE, otra empresa alemana, Uniper cumplió con esta amenaza anteriormente este año; ambas empresas entablaron demandas ante el CIADI bajo el TCE esta primavera.
La relación entre el TCE y el derecho de la UE está caracterizada por gran complejidad e incertidumbre jurídica, especialmente en lo que concierne al Artículo 26, con respecto al mecanismo de solución de controversias del TCE y su aplicación en un contexto intra-UE. Este artículo examina la cuestión de si la conclusión de la sentencia Achmea sobre la incompatibilidad del arbitraje de inversión intra-UE en virtud de los TBI afecta al mecanismo de solución de controversias bajo el TCE.
Después de tres rondas de negociación sobre la modernización del TCE el año pasado, siendo la más reciente el 6 de noviembre de 2020, un Informe de Progreso que se filtró en diciembre de 2020 sugiere que los Estados partes aun no llegan a un acuerdo sobre cuestiones fundamentales. Esto dificulta el progreso de las negociaciones, ya que se requiere el consenso de las delegaciones nacionales.
El Consejo Europeo ha aprobado las directrices de negociación para la participación de la UE en las conversaciones para modernizar el TCE, confirmando su decisión en una reunión el 2 de julio de 2019.